El dolor cervical és la quarta causa de discapacitat al món.
Repassem l´epidemiologia, classificació, evolució natural del dolor cervical i les guies
per al seu estudis diagnòstic i tractament.
Font: Mayo Clinic Proceedings Epidemiology, Diagnosis, and Treatment of Neck Pain. Clin Proc. n February 2015;90(2):284-299 n
Entrada original de Intramed en Castellà:
Objetivos de aprendizaje
Ser capaz de:
1. Distinguir los diferentes tipos de dolor de cuello (por ej., neuropático o neuroceptivo).
2. Reconocer los signos de alarma que pueden requerir estudios más avanzados.
3. Estar familiarizado con los factores de riesgo para el desarrollo del dolor de cuello.
4. Conocer cuándo deben hacerse estudios más avanzados y a quién.
5. Identificar cuáles son los pacientes que deben ser derivados al especialista (para inyecciones o cirugía).
2. Reconocer los signos de alarma que pueden requerir estudios más avanzados.
3. Estar familiarizado con los factores de riesgo para el desarrollo del dolor de cuello.
4. Conocer cuándo deben hacerse estudios más avanzados y a quién.
5. Identificar cuáles son los pacientes que deben ser derivados al especialista (para inyecciones o cirugía).
Métodos
Base de datos de Medline via PubMed y Ovid, Embase y revisiones sistemáticas de Cochrane.
Base de datos de Medline via PubMed y Ovid, Embase y revisiones sistemáticas de Cochrane.
.
Aspectos generales y epidemiología.
El impacto físico, psicológico y socioeconómico del dolor de cuello está subestimado. Según el estudio Global Burden of Disease 2010, el dolor de cuello es la cuarta causa de años perdidos por discapacidad, ubicándose detrás del dolor de espalda, la depresión y las artralgias. Aproximadamente la mitad de todas las personas experimentará un episodio de dolor de cuello discapacitante en el transcurso de su vida.
El impacto físico, psicológico y socioeconómico del dolor de cuello está subestimado. Según el estudio Global Burden of Disease 2010, el dolor de cuello es la cuarta causa de años perdidos por discapacidad, ubicándose detrás del dolor de espalda, la depresión y las artralgias. Aproximadamente la mitad de todas las personas experimentará un episodio de dolor de cuello discapacitante en el transcurso de su vida.
Las tasas de prevalencia del dolor de cuello conocidas son muy
heterogéneas. Sin embargo, la mayoría de los estudios epidemiológicos
informa una prevalencia anual que oscila entre el 15 % y el 50%,
mientras que una revisión sistemática reportó una tasa promedio de
37.2 %. La prevalencia del dolor de cuello es mayor en las mujeres, con un pico en la edad media de la vida. El dolor de cuello se asocia con varias comorbilidades incluyendo la cefalea, el dolor de espalda, las artralgias y la depresión.
¿Quiénes padecen dolor de cuello?
¿Quiénes padecen dolor de cuello?
"Los
principales factores en el lugar del trabajo asociados a la enfermedad
son la baja satisfacción laboral y la poca adaptación al ambiente de
trabajo"
Los factores asociados al desarrollo y a la persistencia del dolor de
cuello se superponen considerablemente con otras afecciones
musculoesqueléticas. La prevalencia del dolor de cuello es mayor en las
mujeres que en los hombres, y la literatura muestra datos diferentes en
cuanto a los picos o mesetas en la edad media de la vida.
Las variables asociadas al dolor de cuello se superponen con otras
enfermedades reumatológicas e como las genéticas, las psicopatológicas
(por ej., depresión, ansiedad, adaptación inadecuada, somaitzación), los
trastornos del sueño, el tabaquismo y el sedentarismo.
Generalmente, pero no siempre, los resultados de los estudios epidemiológicos en pacientes obesos
han hallado una asociación positiva entre el dolor de cuello, el dolor
de hombro y el índice de masa corporal. En comparación con las personas
sin exceso de peso, algunas razones por las que las personas obesas
pueden estar predispuestas a dicho dolor son el aumento de la
inflamación sistémica, los cambios estructurales deletéreos, el aumento
del estrés mecánico y la fuerza de reacción del suelo, la disminución de
la fuerza muscular, los problemas psicosociales y una mayor
discapacidad relacionada con el sedentarismo.
Los factores de riesgo particulares para el dolor de
cuello son los traumatismos (por ej., traumas cerebrales y lesiones por
latigazo cervical) y ciertas lesiones deportivas (por ej., lucha libre,
hockey sobre hielo, fútbol). Aunque en algunos estudios se ha
comprobado que ciertas ocupaciones como la de los trabajadores de
oficina y de informática, manuales y de la salud tienen una mayor
incidencia de dolor de cuello. Los principales factores en el lugar del
trabajo asociados a la enfermedad son la baja satisfacción laboral y la
poca adaptación al ambiente de trabajo.
Clasificación del dolor de cuello
Clasificación del dolor de cuello
"La diferenciación del dolor neuropático del mecánico es probablemente la distinción clínica más importante"
Hay muchas maneras de clasificar el dolor de cuello, incluyendo la duración
(agudo, menor a 6 semanas; subagudo, menor de 3 meses; crónico, mayor a 3 meses), la
severidad, la etiología/estructura y el tipo (mecánico vs.
neuropático). Entre los diversos sistemas de clasificación, la duración
es quizás el mejor predictor de resultados. Debido a la variedad de
tratamientos existentes, se ha comprobado que la menor duración del
dolor se asocia con mejor pronóstico. La asociación de la mayor duración
del dolor con peores resultados coincide con los hallazgos de estudios
de cohorte que comprobaron que una mayor carga de morbilidad en general
(por ej., mayor puntaje del dolor basal y de discapacidad) predice
peores resultados para el dolor vertebral.
El dolor de cuello también puede clasificarse de acuerdo con los mecanismos productores,
como los mecánicos, neuropáticos o secundarios a otras causas (por ej.,
dolor referido desde el corazón o, patología vascular).
El dolor mecánico se refiere al dolor que se origina
en la columna vertebral o sus estructuras de sostén, como los
ligamentos y los músculos. Los ejemplos más comunes de dolor mecánico
son el articular (artritis), el discogénico y el miofascial.
El dolor neuropático se refiere al dolor que resulta
principalmente de la lesión o enfermedad del sistema nervioso
periférico, debido al compromiso mecánico o irritativo de las raíces
nerviosas. Los ejemplos más comunes de las causas del dolor neuropático
radicular son la hernia de disco o los osteofitos y la estrechez del
canal medular. Los síntomas miopáticos que se originan en la patología
de la médula espinal son una forma de dolor neuropático central.
Los estados de dolor mixto, neuropátrico y
nociceptivo, incluyen el síndrome postlaminectomía (falla quirúrgica) y
la degeneración discal, la cual provoca un dolor combinado, mecánico por
la disrupción anular y síntomas radiculares por la herniación del
núcleo pulposo herniado.
La diferenciación del dolor neuropático del mecánico es probablemente la distinción clínica más importante a realizar, ya que afecta las decisiones terapéuticas a cualquier nivel (medicamentos, inyecciones o procedimiento quirúrgico).
La diferenciación del dolor neuropático del mecánico es probablemente la distinción clínica más importante a realizar, ya que afecta las decisiones terapéuticas a cualquier nivel (medicamentos, inyecciones o procedimiento quirúrgico).
Existen varios instrumentos que permiten distinguir el dolor
neuropático del nociceptivo o mecánico. Los 2 más comunes e importantes
son el cuestionario painDETECT y la escala de dolor S-LANSS (Self-report Leeds Assessment of Neuropathic Symptoms and Signs).
Para el dolor de la parte posterior del cuello, muchos estudios con
variadas cohortes han hallado una prevalencia del 17 % al 55 %, sobre todo
para el dolor predominantemente neuropático, con una mediana del 41 %.
Ningún estudio se ha ocupado de la prevalencia del dolor neuropático
en una población con dolor de cuello general, pero el estudio que tuvo
como objetivo validar la S-LANSS y el ainDETECT en 152 individuos con
dolor cervical y sospecha de lesión neurológica halló que el 72 % tenía
dolor neuropático definido o probable, mientras que otro 18% tenía dolor
neuropático posible, de acuerdo al sistema de puntaje utilizado por la International Association for the Study of Pain Neuropathic Pain Special Interest Group.
Dos de 6 pacientes que sufrieron un latigazo cervical tenían dolor
neuropático probable y los 4 restantes, dolor neuropático posible. Se
destaca que los autores comprobaron que ambos instrumentos tenían baja sensibilidad para esta población.
Evolución natural del dolor de cuello
Similar al dolor de espalda, la mayoría de los casos de dolor agudo de cuello (menor a 6 semanas de duración), se resuelve dentro de los 2 meses, pero cerca del 50 % de los pacientes seguirá teniendo algún dolor o recurrencias frecuentes, 1 año después de haberse producido el episodio.
Evolución natural del dolor de cuello
Similar al dolor de espalda, la mayoría de los casos de dolor agudo de cuello (menor a 6 semanas de duración), se resuelve dentro de los 2 meses, pero cerca del 50 % de los pacientes seguirá teniendo algún dolor o recurrencias frecuentes, 1 año después de haberse producido el episodio.
El tratamiento del dolor agudo parece tener poca influencia sobre los
factores de persistencia. Los factores que pueden estar asociados con
un peor pronóstico incluyen:
- sexo femenino
- edad avanzada
- coexistencia de patología psicosocial y síntomas radiculares.
"La mayoría de los pacientes con radiculopatía cervical experimenta alivio sintomático con o sin tratamiento"
Un estudio realizado por Gore y col. de pacientes con dolor de cuello
de larga data o recurrente halló que las personas con dolor más severo
luego de una lesión y aquellos con síntomas o signos de radiculopatía
cervical tenían mayor probabilidad de dolor persistente, a pesar de no
haberse realizado un análisis y estadística formales para evaluar la
radiculopatía. No se halló asociación entre el grado de alteraciones
radiográficas y la satisfacción con los resultados terapéuticos.
Un gran estudio epidemiológico retrospectivo realizado en pacientes
con dolor radicular realizado en la Clínica Mayo halló que a pesar de la
frecuencia de la recurrencia (31,7 %), en una media de seguimiento de
5,9 años, el 90,5% de los pacientes experimentó dolor leve o no tuvo
dolor. El haber comprobado que el aumento del puntaje de dolor y los
síntomas radiculares se asocian con la cronicidad, y que los escasos
resultados para el dolor de cuello son similares a lo que ocurre con el
dolor leve, indica que tanto los factores subjetivos como los objetivos influyen en el pronóstico.
La observación de que la mayoría de los pacientes con radiculopatía cervical experimenta alivio sintomático con o sin tratamiento coincide con los resultados de estudios pequeños que revelaron una resorción significativa en el 40 % al 76 % de las hernias de discos cervicales. Estas estadísticas son similares a las observadas en las hernias de discos lumbares. Aunque en más de la mitad de los individuos, los síntomas neuropáticos agudos de la estrechez espinal se estabilizarán o mejorarán, en general, las alteraciones anatómicas no mejoran sin tratamiento.
La mielopatía cervical implica la patología de la médula espinal cervical, ya sea debido a traumatismos (lesión de la médula espinal) o inflamación (mielitis), provocando signos de la neurona motora superior. El curso natural de la mielopatía no tratada quirúrgicamente es muy variable.
La observación de que la mayoría de los pacientes con radiculopatía cervical experimenta alivio sintomático con o sin tratamiento coincide con los resultados de estudios pequeños que revelaron una resorción significativa en el 40 % al 76 % de las hernias de discos cervicales. Estas estadísticas son similares a las observadas en las hernias de discos lumbares. Aunque en más de la mitad de los individuos, los síntomas neuropáticos agudos de la estrechez espinal se estabilizarán o mejorarán, en general, las alteraciones anatómicas no mejoran sin tratamiento.
La mielopatía cervical implica la patología de la médula espinal cervical, ya sea debido a traumatismos (lesión de la médula espinal) o inflamación (mielitis), provocando signos de la neurona motora superior. El curso natural de la mielopatía no tratada quirúrgicamente es muy variable.
En un estudio de la década de 1960 que evaluó durante un seguimiento
prolongado a 28 pacientes tratados sin cirugía, Lees y Turner informaron
mejoría en 17 pacientes, estabilidad de los síntomas en 7 y, progresión
en otros 4 pacientes. Kadanka y col. realizaron un estudio aleatorizado
con un seguimiento de 3 años en el que compararon el resultado del
tratamiento quirúrgico con el del tratamiento no quirúrgico para la
mielopatía por espondilitis leve a moderada. No se observaron
diferencias entre los grupos: el 80% de los pacientes de ambos grupos
mostró mejoría o ausencia de deterioro clínico.
Shimomura y col. también informaron una tasa de deterioro del 20 %
durante un seguimiento medio de 3 años. Un estudio prospectivo de
Sampath y col. de 62 pacientes con mielopatía cervical tratados en
igual proporción con tratamiento médico o quirúrgico (70 % -75 %) halló
resultados terapéuticos satisfactorios, aunque los pacientes sin
tratamiento quirúrgico empeoraron los síntomas neurológicos con
disminución de la capacidad para realizar las actividades de la vida
diaria.
Algunos investigadores han reportado malos resultados en la mielopatía espondilótica. Matsumoto y col. informaron que 10 de los 27 pacientes bajo tratamiento conservador durante más de 6 meses fueron sometidos a cirugía debido al deterioro neurológico de cualquier tipo o por incapacidad persistente.
Algunos investigadores han reportado malos resultados en la mielopatía espondilótica. Matsumoto y col. informaron que 10 de los 27 pacientes bajo tratamiento conservador durante más de 6 meses fueron sometidos a cirugía debido al deterioro neurológico de cualquier tipo o por incapacidad persistente.
En otro estudio, Sedasivan y col. hallaron deterioro en los 22
pacientes con mielopatía cervical participantes; 21 pacientes
requirieron cirugía. En una declaración de consenso sobre el tratamiento
conservador de la mielopatía espondilótica, los autores concluyeron que
el 20 % al 62 % de los pacientes experimentaron deterioro a los 3 a 6
años de seguimiento, sin que ningún paciente presentara factores
específicos de la enfermedad confiables como para predecir la progresión
de los síntomas.
Evaluación del dolor de cuello
Historia Clínica
Una historia completa puede proporcionar pistas importantes sobre la etiología que ayudan a diferenciar el dolor de cuello primario del otras causas como:
Historia Clínica
Una historia completa puede proporcionar pistas importantes sobre la etiología que ayudan a diferenciar el dolor de cuello primario del otras causas como:
- dolor en el hombro
- síndrome de la salida torácica
- plexopatía braquial
- dolor de las extremidades superiores
- patología vascular
- dolor referido de las vísceras torácicas (por ej., corazón, pulmones).
Típicamente, los pacientes con dolor neuropático describen sus síntomas como dolor punzante, como corriente eléctrica y/o ardor, mientras que el dolor mecánico suele ser descrito como pulsante o dolorimiento.
Casi siempre, el dolor neuropático (por ej.,
estrechez del canal o hernia de disco) se caracteriza por irradiarse a
una o ambas extremidades superiores, generalmente en un solo dermatoma,
pero también puede hacerlos a varios dermatomas (por ej., en la
estrechez severa o grandes hernias en varios niveles). Las más
comúnmente afectadas son las raíces nerviosas C7 y C6; los síntomas
radiculares suelen irradiarse al dedo medio o los 2 primeros dígitos
(pulgar y dedo índice), respectivamente.
El dolor no neuropático que se origina en las
carillas articulares del nivel medio, (C5-6) o incluso de los músculos,
también a veces puede extenderse a la parte superior del brazo, pero los
patrones de referencia tienden a ser más variables y no se distribuyen
en dermatomas. La irradiación del dolor originado en las articulaciones
atlantoaxoidea o atlanto-occipital, o en la faceta discal superior,
suelen sentirse en el occipucio.
Los signos y síntomas asociados suelen distinguir el dolor neuropático del no neuropático. A menudo, el dolor neuropático se acompaña de entumecimiento, parestesias o disestesias. Los síntomas sensoriales son inusuales en pacientes con dolor de cuello no neuropático, y cuando ocurren, tienden a no respetar los dermatomas. La presencia de síntomas neurológicos confirmados, en un paciente con estudios por imágenes normales, induce a buscar otras causas del dolor neuropático, como la plexopatía braquial o el síndrome del túnel carpiano o cubital.
Los factores que agravan y alivian el dolor pueden proporcionar información importante para decidir si el paciente requiere la solicitud de otros estudios. Clásicamente, el dolor mecánico de cualquier etiología se asocia con un nivel bajo de dolor inicial, el cual tiende a empeorar con la actividad, mientras que el dolor neuropático se asocia con menos episodios de exacerbaciones más intensas que pueden predecirse.
Los signos y síntomas asociados suelen distinguir el dolor neuropático del no neuropático. A menudo, el dolor neuropático se acompaña de entumecimiento, parestesias o disestesias. Los síntomas sensoriales son inusuales en pacientes con dolor de cuello no neuropático, y cuando ocurren, tienden a no respetar los dermatomas. La presencia de síntomas neurológicos confirmados, en un paciente con estudios por imágenes normales, induce a buscar otras causas del dolor neuropático, como la plexopatía braquial o el síndrome del túnel carpiano o cubital.
Los factores que agravan y alivian el dolor pueden proporcionar información importante para decidir si el paciente requiere la solicitud de otros estudios. Clásicamente, el dolor mecánico de cualquier etiología se asocia con un nivel bajo de dolor inicial, el cual tiende a empeorar con la actividad, mientras que el dolor neuropático se asocia con menos episodios de exacerbaciones más intensas que pueden predecirse.
El dolor que se exacerba al girar o doblar la cabeza hacia brazo ipsilateral puede indicar dolor radicular o facetogénico, mientras que si el dolor empeora al girar la cabeza hacia el lado contralateral
podría tener un origen miofascial. Debido a que la causa principal del
dolor articular facetario es la artritis, a menudo los pacientes se
quejan de rigidez matinal. En presencia de un canal medular estrecho, el
dolor del brazo agravado por la extensión del cuello despierta la
sospecha de estrechez del canal medular. Por el contrario, si el dolor
empeora con la flexión anterior a menudo significa un origen
discogénico.
Con frecuencia, la radiculopatía cervical se puede distinguir del dolor mecánico del cuello y del hombro doloroso por el signo del alivio por la abducción: la abducción del brazo ipsilateral sobre la cabeza alivia los síntomas radiculares. En el dolor originado en el hombro, el mismo puede empeorar por la abducción del hombro.
Con frecuencia, la radiculopatía cervical se puede distinguir del dolor mecánico del cuello y del hombro doloroso por el signo del alivio por la abducción: la abducción del brazo ipsilateral sobre la cabeza alivia los síntomas radiculares. En el dolor originado en el hombro, el mismo puede empeorar por la abducción del hombro.
Una condición que a menudo se confunde con el dolor radicular cervical es el síndrome de la salida torácica,
que puede ser neurogénico (comprende aproximadamente al 95 % de los
casos), arterial y/o venoso. Este síndrome es clásicamente unilateral,
afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres, y los picos
de prevalencia se dan entre los 40 y los 50 años. En casi la mitad de
los casos está precedido por un traumatismo o estrés repetitivo.
Los estudios más usados son las imágenes y el análisis Doppler, los
que son de gran ayuda para el diagnóstico del síndrome de la salida
torácica vascular, pero tiene baja sensibilidad para el dolor de tipo
neurogénico. Se han recomendado varias pruebas para identificar este
síndrome, incluyendo la prueba del esfuerzo del brazo elevado, la prueba
de Adson y el dolor a la palpación del triángulo escaleno o de la
inserción del pectoral menor, aunque ninguno tiene gran especificidad.
Debido a que el dolor de cuello suele aliviarse con el reposo y el
decúbito, el hecho de que un dolor intenso grave no se alivie por la
posición o el reposo se considera un signo de alarma, como la presencia de tumores malignos, enfermedades neurológicas primarias e infección.
En ocasiones, el evento desencadenante del dolor de
cuello permite identificar el origen del dolor, siendo el más común la
lesión por latigazo cervical, la cual se produce cuando el cuello y la
cabeza continúan sacudiéndose hacia adelante mientras el tronco ha
dejado de moverse, lo que resulta en una tensión de cizallamiento que
compromete a los discos y las carillas articulares que conectan con las
vértebras adyacentes.
Aunque Bogduk y Yoganandan informaron que los estudios de la década
de 1970 con video radiografías realizadas con y sin reposacabezas en
cadáveres mostraron que las colisiones en el extremo posterior se
asociaron con mayor frecuencia con lesiones de los discos
intervertebrales (90%), los ligamentos anteriores de la columna (80 %) y
las carillas articulares (40 %), estudios más recientes y
metodológicamente mejores no han encontrado ninguna relación entre el dolor y las alteraciones en las imágenes tras las colisiones de automotores.
En estudios clínicos realizados por el grupo Bogduk utilizando como
referencia estándar la respuesta del dolor al "doble-bloqueo", el 30 %
al 60 % de los pacientes con lesión por latigazo tenían
predominantemente dolor articular facetario.
En cuanto al dolor facetogénico no traumático y al dolor
discogénico, el inicio tiende a ser insidioso debido a la tensión
progresiva en estas estructuras, derivada del estrés repetitivo de bajo
nivel. Los pacientes con dolor radicular cervical, especialmente los
más jóvenes con discos sanos, a veces reportan el antecedente de un
evento específico.
Examen físico
A menudo, el examen físico permite confirmar un antecedente, evaluar a
los pacientes en busca de patologías graves o tratables e informar la
necesidad de otras imágenes o estudios diagnósticos, pero raramente es
patognomónico.
Deben tenerse en cuenta las alteraciones de la marcha,
que pueden revelar una lesión medular (por ej., mielopatía o
siringomielia) o cerebral y, anomalías traumáticas o del desarrollo
mayores. Por ejemplo, la lipomatosis pastosa puede expresar la presencia
de una espina bífida o de anormalidades de la médula espinal mientras
que un cuerpo vertebral prominente y palpable puede significar
espondilolistesis.
Es necesario observar el aspecto general para identificar las expresiones faciales y los comportamientos indicativos de dolor. En los pacientes que se quejan de dolor severo en ausencia de conductas relacionadas con el dolor, deben evaluarse más a fondo los signos secundaros a patologías no orgánicas.
Es necesario observar el aspecto general para identificar las expresiones faciales y los comportamientos indicativos de dolor. En los pacientes que se quejan de dolor severo en ausencia de conductas relacionadas con el dolor, deben evaluarse más a fondo los signos secundaros a patologías no orgánicas.
La flexión anormal lateral o hacia delante o la rotación pueden ser
secundarias a tortícolis. La atrofia muscular, la escápula alada o el
hombro caído pueden observarse en la plexopatía braquial o el
atrapamiento del nervio.
Es necesario distinguir la debilidad neurológica verdadera de la debilidad inducida por el dolor.
Es necesario distinguir la debilidad neurológica verdadera de la debilidad inducida por el dolor.
En los individuos con lesión nerviosa puede haber atrofia
muscular o reflejos asimétricos, aunque el 10% de los individuos
asintomáticos puede tener arreflexia o reflejos asimétricos. En los
pacientes que han realizado malos esfuerzos o en los que se sospecha
simulación, los reflejos pueden ser la herramienta más
útil (si no la única) para el examen objetivo. Deben investigarse en
profundidad los signos de las lesiones de la neurona motora superior.
La amplitud de los movimientos puede estar limitada en todos los tipos de dolor de cuello mecánico, pero la exacerbación específica debida a determinados movimientos puede orientar sobre su origen. Por ejemplo, el dolor en el brazo reproducible por la flexión del cuello hacia el lado afectado puede indicar estenosis y/o radiculopatía foraminal.
La amplitud de los movimientos puede estar limitada en todos los tipos de dolor de cuello mecánico, pero la exacerbación específica debida a determinados movimientos puede orientar sobre su origen. Por ejemplo, el dolor en el brazo reproducible por la flexión del cuello hacia el lado afectado puede indicar estenosis y/o radiculopatía foraminal.
En un estudio realizado en pacientes con lesión por latigazo
cervical, respondedores y no respondedores, no se halló ninguna
diferencia en la amplitud de movimientos luego del bloqueo facetario,
con cualquier maniobra de provocación realizada cualquier dirección. Las
maniobras de provocación pueden ser más útiles para identificar el
posible origen neuropático del dolor. En la radiculopatía cervical, la
maniobra de abducción del hombro de Spurling y las pruebas de
distracción tienen una sensibilidad moderada (aproximadamente 50 %) pero
su especificidad es elevada (mayor al 80%). Se ha informado que en la
mielopatía cervical, el signo de Hoffmann posee una sensibilidad y
especificidad moderadas. Para el dolor facetogénico, un estudio comprobó
que el dolor paravertebral se correlacionó débilmente con la respuesta
positiva al tratamiento.
Estudios diagnósticos
En general, para los pacientes con anormalidades estructurales sospechosas (por ej., escoliosis, espondilolistesis, fracturas), las radiografías simples son suficientes.
En general, para los pacientes con anormalidades estructurales sospechosas (por ej., escoliosis, espondilolistesis, fracturas), las radiografías simples son suficientes.
Las imágenes por resonancia magnética
(RM) son las pruebas más sensibles para detectar las anomalías de los
tejidos blandos (por ej., disco), pero se caracterizan por revelar una
tasa elevada de alteraciones en individuos asintomáticos. Las
anormalidades en las personas asintomáticas varían entre casi el 60 % en los individuos de la quinta década a más del 80 %
en los mayores de 60 años. Las anormalidades más comunes son la
disminución de la intensidad de la señal y la protrusión discal.
Por lo tanto, para descartar el origen de
los signos de alarma en pacientes con déficit neurológico grave o
progresivo se recomienda la RMN como así para los pacientes que van a
ser derivados para ser sometidos a procedimientos intervencionistas (por
ej., cirugía). Para los individuos con dolor persistente que no
responden al tratamiento conservador se deberá considerar realizar
evaluaciones radiológicas.
Las pruebas electrodiagnósticas están indicadas en pacientes con síntomas equívocos o hallazgos dudosos en las imágenes, y para descartar la neuropatía periférica. La American Association of Electrodiagnostic Medicine reportó un 50 % a 71 % de sensibilidad para el diagnóstico de radiculopatía cervical, pero un estudio posterior de Ashkan y col. halló que, en comparación con estudios neurofisiológicos, la RMN mostró una sensibilidad más elevada (93 % vs. 42 %) y valor predictivo negativo (25 % vs. 7 %), sobre la base de los hallazgos operatorios. El bloqueo selectivo de la raíz nerviosa (BSRN) se utiliza para identificar a la o las raíces nerviosas dolorosas, lo que ha permitido mejorar los resultados quirúrgicos pero no se han hecho ensayos aleatorizados.
Las pruebas electrodiagnósticas están indicadas en pacientes con síntomas equívocos o hallazgos dudosos en las imágenes, y para descartar la neuropatía periférica. La American Association of Electrodiagnostic Medicine reportó un 50 % a 71 % de sensibilidad para el diagnóstico de radiculopatía cervical, pero un estudio posterior de Ashkan y col. halló que, en comparación con estudios neurofisiológicos, la RMN mostró una sensibilidad más elevada (93 % vs. 42 %) y valor predictivo negativo (25 % vs. 7 %), sobre la base de los hallazgos operatorios. El bloqueo selectivo de la raíz nerviosa (BSRN) se utiliza para identificar a la o las raíces nerviosas dolorosas, lo que ha permitido mejorar los resultados quirúrgicos pero no se han hecho ensayos aleatorizados.
Tratamiento
Tratamiento conservador
Tratamiento conservador
"Los collarines cervicales no son más efectivos que las intervenciones simuladas"
Como para el dolor de espalda, el
estiramiento y los ejercicios de fortalecimiento cervical y escapular
brindan alivio del dolor mecánico en el mediano plazo. En un gran
estudio aleatorizado de 206 pacientes con radiculopatía cervical aguda,
tanto la terapia física con ejercicios en el hogar como el uso de un
collar cervical rígido consiguieron mayor alivio del dolor de cuello y
de la discapacidad durante un período de 6 semanas que el enfoque
expectante.
Sin embargo, las revisiones sistemáticas
han concluido que para aliviar el dolor, los collarines cervicales no
son más efectivos que las intervenciones simuladas.
En cuanto a los tratamientos médicos complementarios
y alternativos, la evidencia más importante muestra un efecto escaso de
la manipulación vertebral comparada con ningún tratamiento u otros
tratamientos no intervencionistas. En lo referente a otros tratamientos
complementarios alternativos, aunque se ha comprobado que son superiores
a ningún tratamiento, la evidencia de que sean superiores a los
tratamientos simulados u otros tratamientos es débil, negativa o dispar.
Pocos estudios de alta calidad han evaluado la farmacoterapia para el dolor de cuello. Se ha comprobado que los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son beneficiosos para el dolor vertebral en general pero no se han estudiado formalmente para el dolor de cuello. Aunque los AINE son más eficaces que el acetaminofeno, el American College of Rheumatologists recomienda al paracetamol como tratamiento de primera línea, incluso para la artritis, debido a su perfil más favorable de efectos adversos. En los pacientes que presentan predominantemente dolor de cuello mecánico, los AINE tópicos han demostrado ser eficaces.
Pocos estudios de alta calidad han evaluado la farmacoterapia para el dolor de cuello. Se ha comprobado que los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son beneficiosos para el dolor vertebral en general pero no se han estudiado formalmente para el dolor de cuello. Aunque los AINE son más eficaces que el acetaminofeno, el American College of Rheumatologists recomienda al paracetamol como tratamiento de primera línea, incluso para la artritis, debido a su perfil más favorable de efectos adversos. En los pacientes que presentan predominantemente dolor de cuello mecánico, los AINE tópicos han demostrado ser eficaces.
En un ensayo aleatorizado que comparó la
manipulación vertebral, los ejercicios en el hogar y el asesoramiento
con el tratamiento con AINE o acetaminofeno para el dolor de cuello
agudo y subagudo, los grupos de manipulación y de ejercicios mostraron
mejores resultados del tratamiento medicinal a lo largo de 12 meses de
seguimiento.
En 2 grandes ensayos controlados aleatorizados (n =1-405) que evaluaron al relajante muscular ciclobenzaprina para el dolor de cuello agudo (más de un tercio de los pacientes) o el dolor lumbar asociado al espasmo muscular, los autores hallaron que el tratamiento con dosis intermedias (15 mg/día) y elevadas (30 mg/día) son más eficaces que el placebo, pero no hay diferencia entre las dosis bajas (7,5 mg/día) y el placebo.
En 2 grandes ensayos controlados aleatorizados (n =1-405) que evaluaron al relajante muscular ciclobenzaprina para el dolor de cuello agudo (más de un tercio de los pacientes) o el dolor lumbar asociado al espasmo muscular, los autores hallaron que el tratamiento con dosis intermedias (15 mg/día) y elevadas (30 mg/día) son más eficaces que el placebo, pero no hay diferencia entre las dosis bajas (7,5 mg/día) y el placebo.
Un estudio cruzado, doble ciego que comparó el antiinflamatorio benorilato más el relajante muscular clormezanona
no halló beneficio terapéutico agregado para el dolor lumbar o las
artralgias, pero hubo un alivio significativamente superior del dolor y
la calidad del sueño en pacientes con dolor de cuello. Los relajantes
musculares tienden a ser más eficaces para el dolor agudo que para el
crónico.
En cuanto a las benzodiacepinas,
debido a su potencial de abuso y falta de mayor eficacia en comparación
con otros relajantes musculares, muchos expertos consideran que deben
prescribirse solo cuando otros relajantes musculares han demostrado ser
ineficaces, y con objetivos, plazos y supervisión claramente definidos y
apropiados.
Inyecciones
La evidencia que apoya el uso de inyecciones en los puntos gatillo para tratar el dolor miofascial es discordante. En los ensayos clínicos, parte de la dificultad para evaluar el resultado de las inyecciones en los puntos gatillo es que la inyección de cualquier sustancia (o incluso la punción seca) en las bandas musculares tensas puede aliviar el dolor, lo que hace difícil llevar a cabo ciertos ensayaos controlados con placebo.
Inyecciones
La evidencia que apoya el uso de inyecciones en los puntos gatillo para tratar el dolor miofascial es discordante. En los ensayos clínicos, parte de la dificultad para evaluar el resultado de las inyecciones en los puntos gatillo es que la inyección de cualquier sustancia (o incluso la punción seca) en las bandas musculares tensas puede aliviar el dolor, lo que hace difícil llevar a cabo ciertos ensayaos controlados con placebo.
En una revisión sistemática de Scott y col.
que evaluó las inyecciones en los puntos gatillo para tratar el dolor
crónico, los autores no hallaron evidencia clara de
beneficio o ineficacia. Con respecto al tipo de procedimiento, existe
poca evidencia de que las inyecciones pueden ser más eficaces y menos
dolorosas que las inyecciones secas.
Hay evidencia variada con respecto a la toxina botulínica en cuanto a su superioridad sobre las inyecciones con solución salina en los puntos gatillo o anestesia local. Una revisión de Cochrane identificó 4 estudios que cumplían con los criterios de inclusión, 3 de los cuales se dedicaron al dolor miofascial cervical y/o la región del hombro. Aunque los 3 estudios favorecieron a la toxina botulínica, solo 1 mostró significancia estadística.
Hay evidencia variada con respecto a la toxina botulínica en cuanto a su superioridad sobre las inyecciones con solución salina en los puntos gatillo o anestesia local. Una revisión de Cochrane identificó 4 estudios que cumplían con los criterios de inclusión, 3 de los cuales se dedicaron al dolor miofascial cervical y/o la región del hombro. Aunque los 3 estudios favorecieron a la toxina botulínica, solo 1 mostró significancia estadística.
Un estudio más reciente de 114
respondedores anteriores en los que se aplicó un protocolo con diseño
enriquecido, halló poco beneficio en algunos resultados de ciertas
variables, pero no en la mayoría, que persistieron hasta 26 semanas.
En 2 estudios controlados de pacientes con
dolor lumbar, los resultados fueron discordantes respecto de la eficacia
de la toxina botulínica. Los autores informaron que no había pruebas concluyentes para apoyar el uso de las inyecciones de toxina botulínica para el síndrome de dolor miofascial.
En una revisión no sistemática, Jabbari y
Machado concluyeron que había evidencia de nivel A para el uso de
inyecciones de toxina botulínica para tratar la distonía cervical. Los
autores advierten que, a la hora de interpretar los estudios de las
inyecciones en los puntos gatillo hay que tener en cuenta que son más
efectivas cuando se utilizan en pacientes con bandas musculares tensas palpables
(es decir, los puntos gatillo) que en los individuos con síntomas más
difusos. Sin embargo, en algunos estudios anteriores, la metodología
utilizada para identificar los puntos gatillo no estaba clara.
Para la radiculopatía cervical, los resultados de ensayos clínicos que evalúan las inyecciones de corticosteroides en el espacio epidural han sido dispares. Un pequeño estudio aleatorizado (n = 40), no halló diferencias significativas durante las 3 semanas de seguimiento entre la inyección de corticosteroides más anestesia local transforaminal y la inyección de anestésico local. Esto coincide con los resultados de 3 ensayos aleatorizados, doble ciego, realizados por el mismo grupo, que compararon las inyecciones epidurales de corticosteroides más anestésico local con el anestésico epidural solo, en una variedad de condiciones (hernia de disco, estrechez del canal medular, y cirugía fallida del síndrome del cuello) y no hallaron diferencias entre los grupos de tratamiento, habiendo mejorado ambos grupos.
Para la radiculopatía cervical, los resultados de ensayos clínicos que evalúan las inyecciones de corticosteroides en el espacio epidural han sido dispares. Un pequeño estudio aleatorizado (n = 40), no halló diferencias significativas durante las 3 semanas de seguimiento entre la inyección de corticosteroides más anestesia local transforaminal y la inyección de anestésico local. Esto coincide con los resultados de 3 ensayos aleatorizados, doble ciego, realizados por el mismo grupo, que compararon las inyecciones epidurales de corticosteroides más anestésico local con el anestésico epidural solo, en una variedad de condiciones (hernia de disco, estrechez del canal medular, y cirugía fallida del síndrome del cuello) y no hallaron diferencias entre los grupos de tratamiento, habiendo mejorado ambos grupos.
En un estudio aleatorizado, controlado con
placebo, no ciego, que comparó una serie de corticosteroide epidural e
inyecciones ocales de anestesia con las inyecciones intramusculares,
Stav y col. hallaron beneficios significativos que duraron hasta 1 año.
En un gran estudio multicéntrico de
efectividad comparada, Cohen y col. comprobaron que el tratamiento
combinado consistente en una serie de inyecciones epidurales de
corticosteroides más tratamiento conservador con adyuvantes y
fisioterapia fue superior a cualquier tratamiento solo. Es de destacar,
dicen, que una revisión sistemática y metaanálisis concluyeron que el
anestésico local epidural y/o la solución salina constituyeron un
tratamiento de eficacia intermedia entre los corticosteroides epidurales
y las inyecciones intramusculares verdaderas de placebo.
Se calcula que el dolor facetario en las articulaciones del cuello representa el 40 % al 60 % de los casos de dolor de cuello no neuropático, sobre la base de bloqueos controlados.
Se calcula que el dolor facetario en las articulaciones del cuello representa el 40 % al 60 % de los casos de dolor de cuello no neuropático, sobre la base de bloqueos controlados.
La evidencia para la ablación por radiofrecuencia de
la rama medial del nervio (nervio de la articulación facetaría) para el
tratamiento del dolor de las articulaciones facetarias del cuello es
débilmente positiva. En un pequeño estudio controlado con placebo
realizado en 24 pacientes con lesión por latigazo cervical
meticulosamente seleccionados, el grupo tratado tuvo más alivio del
dolor y funcionalidad que el grupo con tratamiento simulado, con una
duración media del efecto de 9 meses.
En un estudio más pequeño de 12 pacientes
con cefalea de origen cervical, en quienes se hizo la denervación por
radiofrecuencia en forma empírica, sin inyecciones diagnósticas, 4 de 6
personas del grupo tratado experimentaron alivio al cabo de 3 meses, lo
que se comparó favorablemente con los 2 a 6 meses que tardó el grupo en
tratamiento.
Aunque un estudios pequeños no controlados han reportado un beneficio con las inyecciones interarticulares
de corticosteroides, el único estudio controlado con placebo no halló
diferencias entre el las inyecciones de corticosteroides y el control
anestésico local, en 6 meses de seguimiento.
Las inyecciones para el BSRN también han sido avaladas como una herramienta para identificar los niveles vertebrales sintomáticos y seleccionar a los pacientes para la cirugía. Hay una correlación estrecha entre los resultados del BSRN y la patología en un solo nivel en la RMN, pero la correlación entre el BSRN, los hallazgos en la RM y los signos neurológicos del examen físico en personas con patología en varios niveles es mucho menor.
Las inyecciones para el BSRN también han sido avaladas como una herramienta para identificar los niveles vertebrales sintomáticos y seleccionar a los pacientes para la cirugía. Hay una correlación estrecha entre los resultados del BSRN y la patología en un solo nivel en la RMN, pero la correlación entre el BSRN, los hallazgos en la RM y los signos neurológicos del examen físico en personas con patología en varios niveles es mucho menor.
Aunque estudios no controlados han
comprobado buenos resultados quirúrgicos en los pacientes que
experimentan alivio del dolor después de las inyecciones diagnósticas,
no se han hecho estudios aleatorizados que evalúen su capacidad para
mejorar los resultados terapéuticos. Una revisión reciente concluyó que
el agregado del BSRN a los estudios diagnósticos en pacientes con
radiculopatía lumbar seleccionados para tratamiento quirúrgico no fue
rentable.
Cirugía
Pocos son los estudios aleatorizados que han evaluado el tratamiento quirúrgico para el dolor de cuello, y ninguno lo ha hecho para el dolor mecánico.
Cirugía
Pocos son los estudios aleatorizados que han evaluado el tratamiento quirúrgico para el dolor de cuello, y ninguno lo ha hecho para el dolor mecánico.
En un estudio aleatorizado que comparó la
descompresión anterior y las operaciones de fusión, fisioterapia e
inmovilización del cuello con collar rígido en 81 pacientes con
radiculopatía cervical, Persson y col. hallaron mayor alivio del dolor
(29 % para la cirugía, 19% para la fisioterapia y 4 % para el collar
cervical) y mejoría en la fuerza muscular y pérdida de la sensibilidad
en el grupo quirúrgico que en los otros grupos de tratamiento. Sin
embargo, al cabo de 1 año de seguimiento, en su mayor parte, las
diferencias a favor de la cirugía ya no eran estadísticamente
significativas.
Un estudio aleatorizado más reciente que
comparó la cirugía y la fisioterapia con la fisioterapia sola para la
radiculopatía cervical halló que la cirugía se asoció con mejores
resultados al año, pero a los 2 años, las diferencias entre los grupos
no fueron estadísticamente significativas.
En un estudio clínico realizado en 120
pacientes con dolor de cuello y/o del brazo, secundario a una hernia de
disco contenida pequeña, única, el plasma para la descompresión del
disco (N. del T: núcleoplastia) fue superior al tratamiento conservador
para el dolor y la función a lo largo de 1 año de seguimiento. Es de
destacar que el tratamiento conservador ya había fracasado en todos los
pacientes.
En el único estudio aleatorizado que evaluó la cirugía para la mielopatía cervical, Kadanka y col. compararon la cirugía con el tratamiento conservador consistente en la inmovilización con un collar blando, AINE y reposo intermitente en cama. Se eligieron al azar (tirando la moneda) a 68 pacientes con discrepancias en las variables basales. En general, durante un seguimiento de 10 años no se hallaron diferencias significativas en los resultados de las principales variables entre los grupos terapéuticos. Un análisis de subgrupos encontró que los pacientes más jóvenes y con mayor carga de la enfermedad de base que presentan áreas del canal vertebral estrecho tendían a obtener mejores resultados con la cirugía que los pacientes de más edad con mejor función y un diámetro transversal del canal espinal no tan estrecho.
No hay ensayos controlados aleatorizados comparativos del tratamiento quirúrgico con las terapias no quirúrgicas para el dolor de cuello mecánico asociado con cambios degenerativos comunes, pero extrapolando los datos de estudios de la columna lumbar se puede decir que menos de un tercio de los pacientes experimentará alivio del dolor o mejoría de la función clínicamente significativos, pero esos resultados fueron disminuyendo con el tiempo.
En el único estudio aleatorizado que evaluó la cirugía para la mielopatía cervical, Kadanka y col. compararon la cirugía con el tratamiento conservador consistente en la inmovilización con un collar blando, AINE y reposo intermitente en cama. Se eligieron al azar (tirando la moneda) a 68 pacientes con discrepancias en las variables basales. En general, durante un seguimiento de 10 años no se hallaron diferencias significativas en los resultados de las principales variables entre los grupos terapéuticos. Un análisis de subgrupos encontró que los pacientes más jóvenes y con mayor carga de la enfermedad de base que presentan áreas del canal vertebral estrecho tendían a obtener mejores resultados con la cirugía que los pacientes de más edad con mejor función y un diámetro transversal del canal espinal no tan estrecho.
No hay ensayos controlados aleatorizados comparativos del tratamiento quirúrgico con las terapias no quirúrgicas para el dolor de cuello mecánico asociado con cambios degenerativos comunes, pero extrapolando los datos de estudios de la columna lumbar se puede decir que menos de un tercio de los pacientes experimentará alivio del dolor o mejoría de la función clínicamente significativos, pero esos resultados fueron disminuyendo con el tiempo.
Los resultados de revisiones sistemáticas
que compararon el reemplazo del disco con la descompresión anterior y
las operaciones de fusión son contradictorios en cuanto a si la primera
se asocia con mejores resultados para la espondilosis en un solo nivel.
Un estudio que evaluó los predictores del resultado de la descompresión
anterior y la fusión en la columna cervical halló que la buena
capacidad funcional, el sexo masculino y el estado de no fumador se
asociaron con resultados terapéuticos exitosos a largo plazo.
Futuro
En comparación con otras causas importantes de dolor y discapacidad, hay pocos ensayos aleatorizados y controlados como para orientar el tratamiento del dolor de cuello. En general, las recomendaciones para el dolor de cuello están extrapoladas de estudios de otras condiciones. Los ensayos clínicos están diseñados para determinar la eficacia y la efectividad comparativa de todos los tipos de tratamientos, en particular los adyuvantes para el dolor neuropático y la cirugía para el dolor mecánico.
En comparación con otras causas importantes de dolor y discapacidad, hay pocos ensayos aleatorizados y controlados como para orientar el tratamiento del dolor de cuello. En general, las recomendaciones para el dolor de cuello están extrapoladas de estudios de otras condiciones. Los ensayos clínicos están diseñados para determinar la eficacia y la efectividad comparativa de todos los tipos de tratamientos, en particular los adyuvantes para el dolor neuropático y la cirugía para el dolor mecánico.
Actualmente se está estudiando el uso de tratamientos biológicos, como las células madre, el factor de crecimiento nervioso y los inhibidores de las citocinas
para el dolor crónico de condiciones como el lumbago, pero aún no han
sido evaluados específicamente para el dolor de cuello. La investigación
debe ampliarse para determinar su eficacia para el dolor vertebral en
general o el dolor del cuello en particular.
La persistencia del dolor en el cuello
después de un latigazo y otros tipos de lesiones plantea la aparición de
consecuencias físicas, psicológicas y económicas para los pacientes y
la sociedad. Hasta el momento no se ha hallado muy buena relación entre
los síntomas y las alteraciones de las imágenes en los pacientes
lesionados que continúan experimentando dolor en el cuello. Un desafío
importante para la comunidad médica es encontrar las maneras de
identificar a aquellos individuos con mayor riesgo de sufrir dolor
persistente.
Conclusión
El dolor de cuello es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Sin embargo, la cantidad de investigaciones sobre el tratamiento es relativamente baja en comparación con las dedicadas a otras causas importantes. En la mayoría de los casos, el dolor agudo de cuello se resuelve espontáneamente durante un período de semanas a meses, pero una gran proporción de personas quedará con dolor residual o síntomas recurrentes. El tratamiento parece tener poco efecto sobre la evolución del dolor agudo del cuello.
El dolor de cuello es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Sin embargo, la cantidad de investigaciones sobre el tratamiento es relativamente baja en comparación con las dedicadas a otras causas importantes. En la mayoría de los casos, el dolor agudo de cuello se resuelve espontáneamente durante un período de semanas a meses, pero una gran proporción de personas quedará con dolor residual o síntomas recurrentes. El tratamiento parece tener poco efecto sobre la evolución del dolor agudo del cuello.
La historia y el examen físico pueden
proporcionar pistas importantes para diferenciar el dolor neuropático
del mecánico, mientras que su gravedad permite determinar quiénes
podrían beneficiarse de estudios de diagnóstico por imágenes más
avanzados. En los pacientes con lesiones por latigazo cervical, la
correlación entre el dolor y los resultados de las imágenes es muy
escasa.
Los ensayos clínicos han hallado que el ejercicio y los relajantes musculares pueden ser eficaces y beneficiosos para el dolor agudo.
Los ensayos clínicos han hallado que el ejercicio y los relajantes musculares pueden ser eficaces y beneficiosos para el dolor agudo.
La evidencia para el uso de las inyecciones
epidurales de corticosteroides en pacientes con radiculopatía y
estenosis vertebral en las personas con dolor crónico es contradictoria y
la evidencia en favor de la denervación por radiofrecuencia de la
faceta articular en la artritis vertebral es pobre.
*Traducción y resumen objetivo Dra. Marta Paponetti
1 comentari:
Gracias, muy bueno.
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